Características
Mide unos 20 cm. de longitud. El macho tiene el copete y la garganta, negros. La parte dorsal olivácea con estrías negruzcas, las cejas, las líneas malares, los lados del cuello y la parte ventral, amarillas. Las alas pardas oscuras con las barbas externas orilladas de oliváceo. El borde del ala y las cubiertas internas, amarillas y la cola con las plumas centrales negras, es resto amarillo con el borde externo pardo. La hembra tiene el copete pardo, las cejas amarillas, la región auricular, el pecho y los flancos, grises. Dorsalmente es gris con estrías pardo oscuro, la garganta es pardo oscura bordeada de blanquecino. El abdomen, amarillo, las alas son pardas con ribetes ocráceos y amarillos. El borde y las cubiertas internas amarillos y la cola es igual a la del macho.
A veces hay enfrentamientos entre los machos y/o entre las hembras, tan cruentas que llegan a provocar la muerte de uno de ellos. Los cazadores conocen muy bien esta característica de defensa del territorio, y utilizan el canto de un macho como “play-back”, o la presencia de otro ejemplar enjaulado como llamador para atraparlo; esto provoca tanto estrés en el cardenal que se usa como señuelo, que en muchas ocasiones lo lleva a la muerte. Es un ave vivaz y graciosa, encantadora con su traje amarillo y negro, y con una voz fuerte y musical. Su canto se compone de cuatro o cinco notas de gran poder y dulzura.
Distribución
El cardenal amarillo se encuentra distribuido en Brasil, Paraguay, Uruguay y la Argentina. Se desconoce la cifra de su población actual. Llegó a ser muy común en Córdoba, San Luis, Santa Fe y norte de Buenos Aires, donde hoy es raro. Muchos de los que se observan actualmente en la última zona son, presumiblemente, escapados del cautiverio. La especie podría estar casi extinguida en el Paraguay, donde nunca fue muy común, y se tornó bastante escasa en Uruguay y Brasil. A pesar de ello, aún es común en algunas localidades del sur de su área de distribución. Existen veintiocho ejemplares en la colección del Museo Argentino de Ciencias Naturales "Bemardino Rivadavia".
Es territorial. Habita en bosques de chañares, algarrobos, quebrachos y caldenes en el dominio chaqueño y en las provincias del espinal y del monte, hasta unos setecientos metros sobre el nivel del mar. Generalmente se lo encuentra solo o en pareja, aunque extraordinariamente se han encontrado bandadas de hasta cincuenta individuos después de la época de cría.
Reproducción
Entre septiembre y noviembre construye un nido en forma de taza con pasto seco, raíces y palitos, tapizado con cerdas y musgos. Es sostenido en las ramas de los arbustos o de árboles. Habitualmente pone tres a cinco huevos de color celeste verdoso, con manchas negras en toda su superficie, que la hembra incuba durante 13 a 14 días. Generalmente sobreviven dos o tres pichones, que son alimentados por sus progenitores hasta alrededor de los 35 días, momento a partir del cual ya comen solos.
Alimentación
El cardenal amarillo se alimenta de semillas, frutas, gusanos, granos e insectos.
Caza
En varios puntos del país se han talado montes de algarrobales, ñandubay y espinillos centenarios, para dar paso a praderas para la cría de ganado, así como para la agricultura, y la forestación. Esto ha modificado significativamente el hábitat típico de los cardenales amarillos. Es así que la sobre cacería y la deforestación de las praderas arboladas, serranías, y montes parques, han convertido a esta especie autóctona en una de las aves más amenazadas considerándola por lo tanto, en peligro de extinción. Se deberían instrumentar políticas nacionales para la defensa del monte indígena, como por ejemplo evitar plantaciones a gran escala; generando a su vez, soluciones de alternativa para los grupos humanos que dependen de ellas.